Por: Sergio Benito Osorio
Los ingresos por exportación de crudo se desplomarán, respecto a 2008.
La declinación de la producción petrolera mexicana se precipitó durante 2008. El agotamiento de Cantarell y la imposibilidad de compensar, en el corto plazo, su caída a través de otros yacimientos era ampliamente conocido. Sin embargo, ni su velocidad ni sus consecuencias fueron adecuadamente previstas.
El año de 2004 señala el punto más alto de la producción de crudo mexicano con 3,382,000 barriles por día (b/d), de los cuales Cantarell promedió cerca de 2,100,000 b/d y aportó el 63% de la extracción nacional. En los dos años subsiguientes, se observaron registros inferiores, pero no significativos: 1% y 2%. En cambio, la reducción de la producción total tomó fuerza notable en el 2008, superando el 8%, lo que significa una reducción anualizada de 266,000 b/d y de 567,000 b/d respecto al año de 2004.
La razón, desde el punto de vista físico, se encuentra en que Cantarell reduce su producción en más de 400,000 b/d en un año, y más de un millón desde su registro más alto. El complejo Ku-Maloob-Zaap no logra compensar la caída, pues en cuatro años se logró un incremento considerable (380,000 b/d), pero insuficiente para estabilizar la producción en un nivel adecuado para los requerimientos económicos y de seguridad energética del país.
Cuando un yacimiento pierde 400,000 b/d en un año, es un acontecimiento mundial. Primero, porque hay muy pocos yacimientos en el planeta que producen más de un millón de barriles al día, pero además porque existen yacimientos gigantes con mayor antigüedad -Ghawar (Arabia Saudita, 1951), Burgan (Kuwait, 1948), Rumaila (Iraq, 1953), Fyodorovskoye (Siberia, 1979)- que no han tenido una declinación tan acelerada. La propia Secretaría de Energía, en su Prospectiva de Petróleo Crudo 2007-2016, aún consideró un escenario “sobresaliente” con una producción promedio total de 3.2 millones de b/d y un escenario “bajo” con un promedio de 2.7 millones, aunque en ambos casos Cantarell aparece con una producción aproximada de 1.3 millones de barriles por día para 2008. Es decir, más de 200,000 b/d arriba de su cifra actual.
La prospectiva 2008-2017, que recientemente presentó la Secretaría de Energía, propone un “escenario de planeación” con un promedio nacional de 2.8 millones de b/d y una aportación de Cantarell muy próxima al millón de b/d. Desafortunadamente, no se explica a qué se debió el cambio en la tendencia de sus estimaciones, ni cómo se mantendrá la extracción de este año como promedio para los próximos diez, dado que el aumento esperado en Ku-Maloob-Zaap (que deberá superar los 800,000 b/d en 2011) no lograría compensar la pérdida en Cantarell. Por su parte, Chicontepec está iniciando con una aportación inferior a los 50,000 b/d.
La inversión tendrá una importancia crucial para estabilizar la producción. Se estima que deberá promediar 208 mil millones de pesos en los próximos diez años, la mayor parte concentrada en actividades de explotación, sobre todo durante un primer lapso con el interés de mantener la plataforma de extracción en, al menos, 2.6 millones de b/d y 1.4 millones para exportación. Justamente, la disponibilidad de recursos pudiera constituirse en el principal problema de Pemex desde el próximo año.
El dilatado rezago en exploración que por décadas ha sufrido la actividad petrolera en México será el principal obstáculo para dotarla de un equilibrio sustentable. Las estimaciones de inversión se realizaron bajo escenarios de precios altos. El promedio con que cerrará el 2008 fluctuará entre 85 y 93 dólares (según se trate de precios devengados o para el año calendario). Sin embargo, para el futuro inmediato la recesión mundial hará descender la demanda de petróleo, con precios que no superan los 50 dólares. Bajo esa perspectiva, es muy probable que se tenga que revisar el presupuesto para Petróleos Mexicanos hacia la mitad de 2009.
Es cierto que los ingresos excedentes por exportación de petróleo superan este año los 15 mil millones de dólares, pero también es probable que el año entrante las exportaciones se reduzcan y que los precios no alcancen siquiera la mitad de lo que registraron este año, de tal forma que, si el valor de las exportaciones en 2008 cierra en poco más de 45 mil millones de dólares, el próximo año pudiera no alcanzar los 18 mil millones.
Tradicionalmente, en momentos de caída de los ingresos, la Secretaría de Hacienda ha ejercido los primeros recortes de gasto en las entidades del sector energético. La generosidad de Cantarell permitía compensar los recortes con aumentos de la extracción. Hoy, esa situación ya no existe y el Ejecutivo Federal tendrá que tomar en cuenta que una fuerte reducción al presupuesto petrolero pondrá en jaque no sólo la ventaja política alcanzada con la reforma petrolera, sino también uno de los principales instrumentos para enfrentar la recesión económica, pues aún con petroprecios menores, los ingresos petroleros siguen siendo una garantía para la expansión del gasto público federal, por lo que sería inconveniente debilitar su matriz.
*Economista. Ha sido diputado federal y presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados en la LVIII Legislatura y es miembro del Observatorio Ciudadano de la Energía, www.energia.org.mx (sosorir@hotmail.com)