El Doctor Rodríguez aborda la situación por la que pasa el Congreso de la Unión, «en un ambiente de descomposición política», como también lo señalamos en nuestro editorial, al final del sexenio de Fox, en el que todo puede suceder.
En las cámaras se ha dado una perversas alianza entre los legisladores del PRI y el PAN y una comparsa menor que es el PVEM, para aprobar la así llamada ley Televisa; hay en la agenda un paquete de leyes propuestas, mucho menos publicitada que esta ley de medios, muchas de ellas relacionadas con la energía, que pudieran ser aprobadas al vapor en lo que resta del sexenio. Ciertamente que la Comisión Permanente del Congreso, tendría que connvocar a un periodo extraordinario, lo que ya no se ve probable, pero lo cierto es que el contubernio PRI-PAN existe y representa intereses empresariales que andan tratando de quedarse don la riqueza energética nacional.
En el último tramo del sexenio, en un ambiente de descomposición política y ante la inminente llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la república, se están promoviendo y aprobado disposiciones legales en materia de energía, que lejos de atender el bienestar colectivo plantean permitir, proteger, fortalecer y subsidiar negocios privados. Se argumenta la situación de cañeros, campesinos, mineros; se prometen grandes beneficios sociales y ambientales, pero la realidad es otra. Sin tener el impacto mediático de la Ley Televisa, esa práctica legislativa ponen en evidencia la captura del Congreso por intereses privados, a pesar de la resistencia de partidos y legisladores comprometidos con el interés nacional. Paralelamente, se proponen reformas para privatizar a Pemex, así como ampliar espacios de poder de la Comisión Reguladora de Energía en áreas reservadas al Estado. Dichas iniciativas proponen, en todos los casos, ajustar o ampliar la legislación secundaria, como vía para evadir la reforma constitucional.
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