Por Adriana Puiggrós *
Publicado en Tiempo Argentino
Domingo 06 de mayo de 2012
La necesidad de la renacionalización de los hidrocarburos está dada por su carácter soberano y estratégico.
Desde fines del siglo XIX, el petróleo se transformó en el elemento central de todo proceso económico, emancipador e industrialista. Y ha sido uno de los principales objetos de disputa entre los países. Basta con observar los genocidios y usurpaciones por parte de los países agrupados en la OTAN y la usurpación y exploración petrolera de Inglaterra en las Islas Malvinas. Las consideraciones antecedentes dejan en claro la legitimidad de la histórica decisión del gobierno nacional de recuperar YPF y de YCF.
En 1938 Lázaro Cárdenas decretó la nacionalización de la industria petrolera en México. Dijo en su discurso:
“Las compañías petroleras han gozado durante años de grandes privilegios(…) cuyos factores, unidos a la prodigiosa potencialidad de los mantos petrolíferos que la nación les concesionó, muchas veces contra su voluntad y contra el derecho público, significan casi la totalidad del verdadero capital de que se habla. Planteada así la única solución que tiene este problema, pido a la nación entera un respaldo moral y material suficiente para llevar a cabo una resolución tan justificada, tan trascendente y tan indispensable.”
Tenemos que hacer historia, memoria argentina y latinoamericana que desnuda el vaciamiento al cual las grandes potencias sometieron y pretenden seguir sometiendo a nuestros pueblos, apoderándose de sus riquezas y de su trabajo. Eso pensaba Hipólito Yrigoyen cuando el 3 de julio de 1922 fundó YPF, la primera petrolera estatal del mundo. Se enfrentó a la Standard Oil lo que constituyó una de las causas de su derrocamiento, como denunció Raúl Scalabrini Ortiz. Durante los siete años de la gestión del primer director de YPF, el general Mosconi, la empresa multiplicó 400 veces su capital inicial. En 1949, durante el gobierno de Perón, el art. 40 de la nueva Constitución otorgó al gobierno jurisdicción sobre todas las concesiones petroleras por primera vez en la historia. En la misma época, el presidente Getulio Vargas de Brasil creaba la empresa estatal Petrobras, en tanto Perón inauguraba el primer gasoducto de América Latina, que recorre 1700 km entre Comodoro Rivadavia y Buenos Aires. Arturo Frondizi escribió Petróleo y Política, usó ese texto para la campaña presidencial de 1957 y estableció un compromiso con el exiliado Perón que incluía la defensa del petróleo. Fue el primer compromiso que rompió, otorgando concesiones a las petroleras multinacionales. Ahí empezó la debacle. Poco después, el presidente Illia anuló esos contratos, y ello fue una de las razones de su derrocamiento. La dictadura cívico-militar comenzada en 1976, endeuda fraudulentamente a YPF y a Gas del Estado con empréstitos millonarios, derivados al sistema rentístico-financiero. El FMI y el gobierno de Carlos Menem idearon el Plan de Convertibilidad, que les posibilitó privatizar las empresas públicas. Se permitió comprar las dos compañías más grandes de la argentina, YPF y Gas del Estado, con bonos de la deuda, que valían sólo el 15% de su valor nominal. Con la privatización, en 20 años, el país cedió a las petroleras 5000 millones de barriles, una riqueza equivalente a precios de hoy a 550 mil millones de dólares. Gas del Estado, que había sido la tercera compañía gasífera del mundo, modelo de varios países, fue vendida por la tercera parte de su valor. Las privatizaciones no fueron dirigidas a la exploración y al incremento de reservas, sino a la sobreexplotación. En 1999 finalizó el proceso con la venta de la empresa a Repsol. El país perdió aceleradamente sus reservas y no se desarrollaron fuentes de energía alternativas. YPF y YCF nacionales eran productoras de conocimiento y organizadoras sociales. Desarrollaban investigación y formaban técnicos. Las características de la explotación obligaban a combinar tecnología con los saberes adquiridos por los trabajadores en la experiencia laboral. Dentro de YPF se desarrollaron estrategias para legitimar e incorporar esos saberes. ¿Qué hubiera sido de América Latina si Cárdenas no nacionalizaba el petróleo, trazando el límite con el imperio que tanto le cuesta hoy sostener? Hoy podemos decir con orgullo que la presidenta CFK ha tomado esa bandera y trazado el límite a la usurpación de las riquezas latinoamericanas, desde la Argentina, aquí en el sur.
*Presidenta del Partido Frente Grande.
Dip. Nac. Presidenta de la comisión de Educación de la HCDN.