La incertidumbre generada alrededor de la mayor adquisición jamás realizada por un conglomerado en el sector energético ha llegado a su fin.
Irónicamente, el 2 de noviembre ha sido designado como el “Día Uno” en que entrará en vigor la compra y fusión del sector energético del grupo francés Alstom por parte de la estadounidense General Electric, en el que se verán implicados 65,000 empleados de la rama energética de Alstom alrededor del mundo.
A principios de septiembre la Comisión Europea aprobó la compra de los activos de Alstom. El aval estuvo subordinado a la venta de gran parte de la actividad de turbinas de gas de la compañía francesa a la italiana Ansaldo Energía, para evitar así que la competencia en este sector se redujera a sólo dos actores: la compañía fusionada y la alemana Siemens. Por su parte en México, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) autorizó la operación entre ambos grupos a principios de este mes.
Sin embargo, es indudable pensar que la posible desaparición de la marca Alstom, permitirá seguramente, que las turbinas de General Electric, Siemens y, en menor medida Mitsubishi, refuercen su dominio en el mercado mundial de grandes turbinas de gas y de otros equipos de generación eléctrica.
De acuerdo a recientes declaraciones, General Electric está en proceso de retornar a sus raíces como empresa y núcleo industrial. Esto lo están logrando vendiendo sus activos de servicios financieros, al mismo tiempo que se compran los activos energéticos de Alstom.
A pesar de que con esta operación GE espera ahorros por 3,000 millones de dólares durante los próximos cinco años, el recién designado Director Ejecutivo en Europa, ha confirmado una supresión de puestos de trabajo a escala mundial, mientras se reafirma el compromiso de crear empleos en Francia.
En este panorama, Belfort, un poblado al este de Francia que vio nacer a Alstom en 1928, parece convertirse en uno de los centros de operación más importantes de GE en Europa, ya que además de ser la cuna del grupo francés, ha sido el sitio en donde trabajadores de ambas empresas han construido turbinas de energía en fábricas adyacentes durante los últimos 15 años.
En lo que respecta a nuestro país, Alstom fue parte importante en el desarrollo de México, proveyendo el 20% de la capacidad eléctrica instalada a lo largo del territorio (10,500 Megavatios). Además de tener una significativa presencia en redes de transmisión eléctrica, es responsable del actual empleo de cerca de 1,200 profesionales en su sector energético, principalmente en Distrito Federal, Toluca, Michoacán y Monterrey; quienes habrán de pasar a formar parte de las filas del conglomerado americano a partir de la semana siguiente.
Informaciones y desplegados del grupo americano, deseando minimizar las expectativas que genera la transición del “Día Uno” han asegurado que todas las actividades y empleos continuarán su actual marcha, pero… ¿Qué se puede esperar para el “Día Dos”? ¿Qué perspectivas se puede tener ante la incertidumbre en el empleo de los trabajadores de Alstom, en México, Francia y en el resto del mundo?
En el mismo orden de ideas, es importante también mencionar que recientemente este año, las dos grandes compañías japonesas, Mitsubishi y Hitachi, que fabrican turbinas y calderas, además de equipo eléctrico para grandes sistemas de potencia, se fusionaron para dar lugar a una sola empresa. Los efectos económicos globales de dos fusiones o merger, concretadas en un año, no pueden ser ignoradas.
Será importante realizar un futuro análisis para comprender el significado de estas fusiones, en términos de concentración del capital y de su impacto en los mercados globales correspondientes.
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Foto original de portada tomada de: http://www.cicloescolar.com