Por: José Antonio Rojas
Ojalá el Senado de la República atienda con delicadeza el asunto fiscal petrolero. La discusión sobre la reforma energética no se reduce a la fiscalidad del petróleo. Pero ésta es un elemento esencial de dicha reforma. Un tratamiento delicado implica la diferenciación de los cuatro componentes de los ingresos petroleros: 1) los costos, individual y marginal; 2) el rendimiento o aprovechamiento del capital invertido; 3) la estrictamente llamada renta petrolera, en este caso, diferencial; 4) el excedente complementario o de mercado. No hay que confundirlos. Menos aún confundir la lógica que gobierna el movimiento de cada uno de ellos.
¿Qué elementos determinan estos componentes? Ante todo y en primer término, el costo de producción se define por los gastos hechos realmente en extraer y tener disponible para el consumo un barril de crudo. Este, por cierto es diferente para cada yacimiento, por no decir que para cada pozo. Oficialmente se reconoce un costo actual cercano a cinco dólares por barril. Permítaseme suponer seis dólares por barril en este momento. Dado el total de ingresos brutos, éste es el punto de partida -nunca de llegada- de la diferenciación de sus cuatro componentes. Lo segundo es reconocer el llamado costo marginal de referencia en función del nivel de la demanda del momento (cada año, por ejemplo).
Recordemos que se trata del costo por barril producido en el yacimiento más caro, pero cuya producción es necesaria para satisfacer el consumo, en este caso anual. También recordemos que este costo puede ser natural o artificialmente más alto (o más bajo) cuando algunos productores “baratos”, de costos bajos, no puedan (o deciden) no producir (o sí producir) a toda su capacidad. Esto ya ha sucedido, por ejemplo con productores de la OPEP, pero también con otros, como algunos de Estados Unidos.
En el debate internacional actual sobre los costos marginales -recientemente enriquecido por reportes de algunas agencias gubernamentales y firmas especializadas- para el caso del West Texas Intermediate (WTI) este costo marginal ronda los 80 dólares por barril (equivalentes a 68 para nuestra mezcla, considerando un prudente diferencial de 12 dólares con el WTI).
Por eso -aseguran los especialistas- el precios adecuado actual (rigth price of oil, dicen en inglés) derivado de este costo “más caro” rondaría los 93 dólares por barril (81 para nuestra mezcla mexicana de Exportación, casualmente similar al de la fórmula de Ley Federal de Presupuesto (LFPRH) que condujo -a decir de Hacienda- a 80.3 dólares por barril en la propuesta de Ley de Ingresos 2009). Estos dos datos -siempre obligados- nos permiten determinar el primer rubro, el de los costos, individual y marginal.
Para nuestra mezcla de seis y 68 dólares, por ejemplo. De aquí se desprende el segundo componente, el de la renta, estimado por la diferencia entre el marginal y el individual, en nuestro caso de 62 dólares por barril. El tercer rubro sería el del rendimiento o aprovechamiento del capital invertido en la producción de crudo, siempre vinculado a la tasa de interés. Una estimación compatible sería de 12 dólares por barril para 2008.
Finalmente el cuarto componente (muy volátil y ocasional) se desprendería de la diferencia del precio de mercado con la suma de los tres componentes anteriores. Para 2008 esta suma sería de seis dólares por barril de costo individual, 60 de renta diferencial y 12 de rendimiento de capital. Un total de 78 dólares. Restados a los 96.50 nos arrojan una estimación de 18.50 dólares por barril de excedente complementario o de mercado para este año 2008.
Por cierto, un presupuesto de 80.3 conduce a suponer que el valor de este excedente complementario para 2009 es de cero dólares por barril. Concluyo diciendo que los componentes primero (costo individual de seis dólares por barril) y tercero (rendimiento de capital de 12 dólares por barril) deben quedar en manos de Pemex. Pudiera ser -hoy no lo es, pues se tiene el aprovechamiento- que del segundo componente Pemex pague ISR una vez que haga sus deducciones legales. En cambio los componentes segundo (renta diferencial de 62 dólares por barril) y cuarto (excedente de mercado de 18.50 dólares por barril) pertenecen a la nación y deben ir a las arcas públicas. Y el Congreso -sin duda- determinar qué hacer con él.
Según estos cálculos, en 2008 Pemex tendrá ingresos brutos por producción y venta de crudo de 98 mil 893 millones de dólares. Y los derechos de extracción deberían ser de 82 mil 496 millones de dólares. En el primer semestre del año Pemex pagó poco más de 40 mil millones de dólares. Y en el segundo semestre pagará un monto equivalente. Resta explicar la lógica con la que se mueve cada uno de estos componentes. Para legislar bien, me parece importante -muy importante- que los legisladores establezcan estas diferencias. De veras.
NB Hace más de 30 años, sin conocerme, un buen economista me ayudó a preparar un examen de admisión a la maestría en economía en la UNAM. Hace unos días se nos murió. Con afecto y agradecimiento a Tomás Guitián, siempre afectuoso con la vida.
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