Hoy 16 de marzo, a cuatro horas del plazo para el inicio de la huelga, el gobierno federal y la dirección del SME, llegaron a un acuerdo para que el sindicato no iniciara dicha huelga.
Las negociaciones estuvieron presididas por los secretarios de energía y trabajo, Georgina Kessel y Javier Lozano, y por el director de LFC, Jorge Gutiérrez; la delegación del SME fue encabezada por su secretario general, Martín Esparza Flores.
El gobierno federal concedió 8.25% de aumento a los ingresos de los trabajadores, de los cuales, 4.25 van directamente al salario; también accedió el gobierno federal a cancelar la deuda, que LFC tiene, en libros con el gobierno federal, por 23,000 millones de pesos; otra vieja petición del sindicato, también fue concedida, se acordó la construcción de tres plantas generadoras, para lo cual la federación destinará un presupuesto de 5,200 millones de pesos; por último, también muy importante y significativo, el gobierno accedió a la petición de ayuda de 2,500 pesos mensuales, para 250 hijos de trabajadores, con diversos grados de incapacidades.
En resumen, un triunfo del SME y una muestra de racionalidad del gobierno federal.
Queda por verse si el acuerdo lleva realmente a la modernización de la empresa, si gobierno y sindicato, realmente traen la decisión de acabar con añejos vicios; si finalmente se implanta el sistema de administración por computadora, que la empresa ya pagó, desde hace varios años; queda asimismo la duda si la calidad del servicio empieza a mejorar; queda también pendiente saber, si la campaña de medios contra el SME, amaina; en fin, hay que ver si el gobierno federal, realmente quiere que la empresa mejore.
Para todos debe ser motivo de tranquilidad, que las amenazas de acabar con el sindicato, por medio de una requisa y la intervención de las fuerzas policiales y el ejército, -una drástica ruptura del orden legal- hayan quedado en eso.
Los consumidores de la ciudad de México en particular, y del resto del área de influencia de LFC, podemos dormir tranquilos, sin la amenaza de la interrupción del servicio, que de haberse dado, podría haber implicado además de pérdidas económicas incalculables, junto con el posible colapso de los servicios públicos de agua, drenaje, alumbrado y transportes eléctricos, un enorme riesgo para el sistema eléctrico nacional; no es, no hubiera sido trivial, para la red eléctrica del país, la suspensión del servicio o algún disturbio en el área central.
El Observatorio Ciudadano de la Energía, AC, felicita a las partes por haber llegado a una salida negociada; hacemos votos porque el proceso de saneamiento de la empresa, se haga de cara a la sociedad, con libros e intenciones abiertos.