Nuestro amigo el Dr. José Luis Aburto nos ha confiado su análisis recién construido sobre la rentabilidad posible de la refinería Deer Park de Houston, Texas, que Pemex adquirió hace un par de semanas. Como se sabe, Pemex era dueño del 50% menos una de las acciones, mientras que la petrolera internacional Shell era dueña del resto de su valor.
Parte de lo que dice al inicio del artículo es:
«La asociación comercial, es decir la compraventa de crudo y petrolíferos ha sido aprovechada durante 28 años, con beneficios aparentes para ambas partes… En cambio, la asociación como copropietario ha sido plenamente desaprovechada. El contrato debió contener cláusulas de transferencia de tecnología y de capacitación en temas tales como estándares de desempeño, mejores prácticas operativas y de mantenimiento, administración y estrategia de negocios. Si a partir de 1993 las administraciones de Pemex hubiesen aprovechado cabalmente estos beneficios indirectos de la compra, Pemex Refinación contaría con funcionarios y técnicos mexicanos altamente calificados, el sistema de refinación de México se habría mantenido y modernizado apropiadamente. Los factores de utilización de la capacidad productiva serían cercanos al 80% y el país produciría la mayor parte de los combustibles que requiere. Los beneficios de la compra de media refinería en 1993 pudieron ser mucho mayores que los meros beneficios comerciales, para Pemex y para México. En lugar de ello, cada administración heredó de la anterior un Pemex Refinación más descapitalizado, obsoleto, mal mantenido y administrado, y menos productivo«.
La pertinencia, utilidad, riesgos y otras implicaciones económicas y de política energética de esta adquisición son sumamente importantes y desde el Observatorio Ciudadano de la Energía, AC, esperamos contribuir, junto con otros trabajos que estamos publicando en estos días, a un debate nacional y a una evaluación ciudadana independiente de una decisión que sin lugar a dudas, es de una trascendencia enorme.
José Luis Aburto es Ingeniero Mecánico Electricista (UIA) y Doctor en Ingeniería Industrial y Economía por la Universidad de Stanford; fue funcionario de la CFE, donde a finales del siglo XX estructuró un reputado sistema de planeación que fue cuidadosamente desmantelado durante el sexenio de Peña Nieto, como resultado de la reforma energética de 2013. Fue subsecretario de energía cuando el Ing. Fernando Hiriart Balderrama estuvo a cargo de esa secretaría, a finales del sexenio de Miguel de la Madrid y principios del de Salinas de Gortari. Tiene una amplia carrera en diversas industrias privadas y es uno de los pilares de la ingeniería y el conocimiento energético en nuestro país.