Con esta fecha, 9 diciembre de 2007, abrimos una sección llamada El Río Grijalva ¿Crisis estructural?, espacio para la reflexión sobre la tragedia de Villahermosa, que sufrió una inundación no vista en muchos años. Parece que la lluvia de octubre, fue muy grande, pero hay inquietud sobre las responsabilidades, principalmente de los gobiernos federal y estatal. Esperamos que los análisis que aquí tengamos, ayuden a entender como y por qué sucedió la inundación y qué habrá que hacer para evitar su repetición.
Las lluvias extraordinarias de finales de octubre del 2007, en los estados mexicanos de Chiapas y Tabasco, descubrieron los malos manejos de más de 30 años de gobiernos del PRI, que después de haber construido un magno sistema hidroeléctrico, para beneficio de los mexicanos, abandonaron la tarea de controlar los grandes ríos del istmo de Tehuantepec y dejaron al garete una serie de obras hidráulicas que debieron haber dado pie al surgimiento de una nueva región agrícola, en la planicie costera de Tabasco, en la zona llamada la Chontalpa. Pero no solamente fue la ausencia de obras hidráulicas, también estuvo la transformación de las selvas en pastizales, lo que llevó a la multiplicación por diez, el número de cabezas de ganado en menos de veinte años; de menos de 100,000 reses a finales del siglo XX, ahora Tabasco, es una potencia ganadera con más de un millón de cabezas de ganado. Excelente, podría pensarse, pero la ganadería no es la actividad económica que más beneficios deja a la población en general, de hecho consume recursos que podrían usarse para producir alimentos baratos, pero además, la ganadería requiere de pastizales, mismos que fueron generados en Tabasco, a partir de la destrucción de sus selvas tropicales. Los pastizales alimentan vacas, pero no retienen el agua de las lluvias, misma que arrastra sin freno, la tierra fértil que se formó en miles de años de existencia de los bosques tropicales. Pues bien, esa tierra ha taponado el río Grijalva. Las presas retienen el agua, generan electricidad, ahorran combustibles, evitan la emisión de gases de invernadero a la atmósfera, pero, además de que no hubo continuidad en la construcción de obras para aprovechar al máximo las aguas del río, ahora este fluye en caudales muy pequeños, con muy baja velocidad, lo que favorece el asentamiento en el lecho del propio río, de los materiales sólidos, mismos que por la deforestación masiva, ahora ahogan el río. Para abundar en la catástrofe ecológica, hace unos veinte años, el volcán Chichonal hizo erupción de manera violenta y arrojó millones de toneladas de ceniza a la atmósfera, misma que en su mayor parte, cayó en Chiapas y Tabasco y que, por supuesto, fue también arrastrada por la lluvia a los cauces de los ríos. Hay fotos de satélite que muestran como uno de los ríos que alimentan la presa Peñitas, y que viene de las estribaciones del volcán, es un cauce de fondo blanco. Pero junto con el azolve, que además de haber taponado el río, ha creado una barra en la desembocadura que el Grijalva comparte con el Usumacinta, junto al puerto de Frontera, en la ciudad de Villahermosa se han venido construyendo, a ciencia y paciencia de los gobiernos estatal y federal, todo tipo de obras en los cauces del río y en las lagunas de regulación natural que rodean a Villahermosa, agravando así la situación. Por otra parte, las autoridades responsables de la protección civil, el Centro Nacional de Prevención de Desastres, CENAPRED, principalmente, es un cero a la izquierda, no solo en la prevención de inundaciones en esta zona fluvial y en otras, sino en todos los puntos rojos de peligro por desastres para la población; para comprobarlo, basta ver el páramo que es su portal de Internet. Ya para terminar, es necesario mencionar el lamentable papel que han tenido en la tragedia, tanto el presidente Calderón, como el ex candidato del PRD a la presidencia, en el 2006, Andrés Manuel López Obrador. El primero, se ha apresurado a hacer declaraciones sin sustento, que achacan la responsabilidad de las lluvias y sus efectos, a fenómenos de la naturaleza, incontrolables por ello mismo, López Obrador, por su parte, ha insistido que la Comisión Federal de Electricidad, CFE, responsable junto con la Comisión Nacional del Agua, CNA, del manejo de los ríos, fueron los culpables de la inundación de Villahermosa, durante el temporal de lluvias más intenso registrado hasta la fecha. Uno y otro, han hecho públicas sus posturas, sin darle a los mexicanos la oportunidad de conocer los resultados de alguna investigación que avale sus dichos; uno y otro, abusan de su posición política y ofenden la inteligencia de los ciudadanos. Va por ello un voto de censura y un llamamiento para que convoquen a los técnicos y a los científicos de este país, que los tiene, para que entre todos entendamos el fenómeno por el que pasamos y podamos prepararnos para evitar más tragedias. Por lo pronto, no dejemos que el asunto se pierda en el pasado y exijamos información veraz e investigaciones serias. Vaya aquí nuestra solidaridad con el pueblo de Tabasco, y el llamado para que no dejemos de aportara nuestra ayuda material que alivie la tragedia de nuestros paisanos.
PD. Por cierto que el derrumbe de una montaña de tierra sobre el cauce del Grijalva, también debe ser parte de nuestra atención e interés.