Por: José Antonio Rojas Nieto
El 16 de julio de 2006, la cotización internacional del crudo marcadorWest Texas Intermediate (WTI) alcanzó el valor máximo del año y de muchos años: 77.03 dólares corrientes por barril. Desde ese día, los precios tendieron a bajar.
El 16 de julio de 2006, la cotización internacional del crudo marcador West Texas Intermediate (WTI) alcanzó el valor máximo del año y de muchos años: 77.03 dólares corrientes por barril. Desde ese día, los precios tendieron a bajar. Primero hasta cerca de 58 dólares en los primeros días de octubre, casi 20 menos que aquel máximo de julio. Y luego de un par de meses de relativa estabilidad ¬incluso de algunos días de recuperación por encima de los 60 dólares¬ hasta los 51.99 dólares del jueves pasado, para situarse en el nivel de junio de 2005 y acumular un desplome de 25 dólares por barril.
A nivel de los promedios mensuales el desplome es de 21.35 dólares por barril. Tremendo. Realmente tremendo. Además del desplome de 1982 hay dos antecedentes significativos: 15 dólares entre diciembre de 1996 y diciembre de 1998 y también 15 dólares entre noviembre de 2000 y diciembre de 2001. Por eso hay que tener cuidado en sacar conclusiones rápidas. Para el caso de nuestra mezcla mexicana el descenso también ha sido de 25 dólares a nivel diario (de los 65 dólares de julio a los 40.44 dólares del jueves pasado) y, a nivel del promedio mensual, de poco más de 20 de agosto pasado, al promedio que se lleva en enero. Huelga decir que por cada dólar que desciende nuestra mezcla, en términos anuales perdemos cerca de 650 millones de dólares. Es decir, si el promedio anual de nuestra mezcla en 2007 fuera ¬que no lo va a ser¬ 25 dólares inferior al de 2006, dejaríamos de percibir poco más de 16 mil millones de dólares por exportaciones y Hacienda cerca de 23 mil millones de dólares menos de derechos de extracción de hidrocarburos. De ese tamaño es el asunto. Sin embargo, las nueva proyecciones dadas a conocer por los especialistas esta semana señalan una baja en los pronósticos sobre el precio medio para el año 2007 de entre cinco y seis dólares por barril. Suponen ¬hay que decirlo¬ una recuperación a partir de marzo, aunque ya no a los 70 dólares por barril para el caso del WTI (57 para nuestra mezcla) como aconteció entre mayo y agosto del año pasado.
Con la caída del jueves, los futuros del crudo de Nueva York «castigaron» las cotizaciones anuales de 2007 en poco más de 11 dólares por barril, en relación con el promedio de los futuros registrado en diciembre de 2006. Y casi 25 en relación con los futuros de julio pasado. Aunque con la recuperación de 1.50 dólares por barril registrada el viernes, estos mismos futuros moderaron el «castigo» en una cantidad similar, y señalan un descenso de sólo nueve dólares. Así son de volátiles, por eso también hay que cuidarse de sacar conclusiones aceleradas.
Si los precios siguen cayendo los futuros profundizarán su castigo. Y si suben lo moderarán o, incluso, recuperarán los altos niveles de los meses pasados. ¿Cómo están las bases para razonar ¬aunque sea un poco¬ lo que puede pasar? Analicemos cuatro elementos: 1) niveles estructural y estacional de la de demanda; 2) nivel de inventarios; 3) nivel de producción; 4) nivel especulativo. Hay coincidencia prácticamente total respecto del nivel estructural de la demanda mundial de petróleo para 2007: crecimiento cercano a 2 millones de barriles diarios, superior a los 900 mil barriles diarios que creció en 2006. Pero también hay coincidencia respecto del menor nivel estacional del consumo en este invierno: un millón de barriles por debajo de lo estimado inicialmente, dada la moderación del temporal, aunque ¬atención¬ faltan las semanas tradicionalmente más crudas.
Respecto de los inventarios es incuestionable que han disminuido (cerca de un millón de barriles en el cuarto trimestre) aunque menos que el descenso del cuarto trimestre de 1999, cuando cayeron poco más de 2 millones de barriles. En torno al nivel de producción también hay amplia persuasión de que los recortes de la OPEP «presionan» para evitar mayor descenso de precios y buscan una recuperación tanto por la imprescindible recuperación de inventarios que se dará este primer trimestre de 2007, como por el ascenso estacional del consumo, en lo que podemos llamar el verano de las gasolinas.
Un elemento relativamente nuevo es que hay un poco de mayor margen de capacidad ociosa tanto en la OPEP (ahora ya con Angola dentro de la organización) como en algunos productores No OPEP: México, por cierto, no se encuentra entre ellos, por el descenso de Cantarell ¬nunca dejaré de decir que el de nuestra mar amada, la de Campeche¬ y la poca ampliación de la producción alternativa. Estos «fundamentos» conducen a pensar en un mercado menos frágil, incluso por condiciones geopolíticas relativamente menos complejas que hace unos meses. ¿Qué queda por decir? Lo que es, sin duda, el elemento crucial para explicar el desplome de precios: ataque especulativo al precio, derivado de dos aspectos primordiales: 1) la venta de futuros por el miedo a un mayor descenso que, sin duda, lo ha profundizado; 2) el manejo de los fondos de pensiones que tienden a retirarse rápidamente ya no sólo del crudo sino de algunas commodities que también han registrado una baja importante en los últimos meses (acero, azúcar, cobre, oro) en relación con otras que siguen subiendo (aluminio, estaño, hierro, níquel, plata, plomo, zinc y, sin duda, maíz, que entre septiembre y diciembre subió casi 70 por ciento). Pero, también sin duda, esta especulación exige ¬como lo veremos en otra entrega¬ un tratamiento especial. Así sea.
rojasags@yahoo.com.mx