La dinámica económica de hoy: la primera
José Antonio Rojas Nieto
En el marco de un proyecto de investigación –que continuamente plantea más interrogantes– el profesor Carlos Morera, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, y quien suscribe, hemos revisado algunas visiones que consideramos relevantes para comprender la dinámica económica actual: nos hemos concentrado en autores que critican severamente el pensamiento económico dominante, el famoso mainstream.
Menciono –a manera de ejemplo– a Gérard Duménil, Dominique Levy, Michael Roberts, John Bellamy Foster, Guglielmo Carchedi, Duncan Foley, Simon Mohun, Anwar Shaik, Fred Moseley, Deepankar Basu, Makoto Itoh, Costas Lapavitsas… Muy recomendable su estudio en las escuelas de economía abiertas al pensamiento crítico, muchos de ellos próximos a prestigiosas publicaciones como Monthly Review, New Left Review, International Socialist Review, Review of Radical Political Economy de la Union for Radical Political Economics (URPE).
¡Nada sería más útil en estos momentos de cambio de gobierno y orientación que considerar las tesis de estos autores! Permitiría identificar algunos de los elementos del contexto en el que se desplegará la nueva estrategia de conducción económica de nuestro país. Y es que la discusión más reciente entre estos autores se concentra en la mayor o menor posibilidad de que la economía mundial –las economías nacionales– recupere su crecimiento potencial de largo plazo.
En 25 años, Estados Unidos y México han crecido a una tasa media de 2.5 por ciento, pero nuestros vecinos lo han hecho a 1.7 en los últimos 10 años. Su potencial reconocido es de al menos 2 por ciento anual. Para México la meta del próximo gobierno para su sexenio es de 4 por ciento.
Pues bien, en el debate de marras –Foley en particular–, se insiste que algunos de los autores convencionales consideran que la economía misma generará sus condiciones de crecimiento de largo plazo, mientras otros reconocen fallas del mercado que justifican la intervención del gobierno con la política monetaria (manejo del dinero y de la tasa de interés) o con la política fiscal (manejo de los impuestos y del gasto público). Unos y otros –asegura el prestigioso profesor de la Nueva Escuela de Nueva York– concuerdan que pese a crisis y depresiones la economía tiende a regresar a una senda de crecimiento de largo plazo. ¿Qué ha impedido, en su opinión, que economías como la estadunidense o la europea recuperen ese dinamismo?
De manera primordial la debilidad de la demanda agregada, la insuficiencia crónica de la demanda global agregada y ésta sólo tiene tres fuentes de fortalecimiento: los salarios de los trabajadores, la inversión privada y el gasto público. Los salarios han sido severamente atacados por la financiarización de la economía, como contraparte de la obtención de enormes beneficios destinados a las actividades financieras, rentistas y especulativas; la inversión privada ha privilegiado actividades improductivas y el gasto público ha sido ferozmente atacado por los grupos financieros que han dominado la globalización neoliberal. ¿Qué hacer, entonces?
Profundizaremos un poco más la visión de estos autores. Dan ideas muy esclarecedoras de algunos límites y posibilidades de los escenarios de nuestro futuro económico. De veras.
Pubicado en el diario La Jornada el domingo 5 de agosto de 2018