Su propuesta de reposicionamiento resulta de la validación de su potencial energético; la Revolución Energética, posible gracias a la tecnología de fracturación hidráulia o fracking que le ha permitido elevar su producción a niveles históricos convirtiéndolo en el mayor productor de petróleo y gas en el mundo. Gracias a esta tecnología EUA afirma que sus recursos no tienen límites e incluso, en otros ámbitos, ve a la tecnología como capaz de modificar fronteras. Por ello, en el contexto de esta bonanza de energía ha decidido dar prioridad a “los riesgos” o amenazas internas (ataques a la seguridad de la patria o homeland security), y a rupturas en los mercados de energía resultantes de la situación de estados fallidos o terrorismo. En general, busca el rediseño de su seguridad energética bajo una perspectiva global y de largo alcance.
La Casa Blanca dio a conocer la Estrategia Nacional de Seguridad (febrero 2015), en un documento en donde los EUA define su geoestrategia a nivel mundial. Sin modestia alguna reconoce su “indispensable liderazgo” en el mundo…