Por: Adrián Lajous
El artículo aporta una valiosa veta de información a la incipiente discusión nacional sobre el destino de PEMEX.
Por ejemplo, nos dice que “Pemex es el principal productor costa afuera de petróleo en el mundo”, después nos da la noticia que “La decisión de explorar en aguas ultra-profundas, (ya) fue tomada por Pemex (desde) 2007”.
Desde “el 30 de agosto la empresa anunció que ya se habían contratado tres plataformas semi-sumergibles” que deben estar listas para 2010 y que se estaba en proceso de contratar una plataforma adicional. Un contrato es de 958 millones de dólares, otro contrato tiene un valor total cercano a los 1,000 millones de dólares, el tercer tiene un valor bruto de 942 millones de dólares. El valor del contrato de la cuarta plataforma asciende a 530 millones de dólares.
Es evidente que PEMEX, dirigido por el actual gobierno federal, ha tomado una decisión trascendental, aun cuando finge que no lo ha hecho.
La revelación pone a los legisladores, dice Lajous, ante un fait accompli, un hecho consumado. De hecho, todos estamos igual que el Congreso. ¿Qué vamos a hace al respecto?
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