Costo social por el uso del automóvil en México
Consejo de Redacción OCE
Considerando las recientes decisiones tomadas por la Comisión Ambiental de la Megalópolis y el Gobierno del Distrito Federal, sacamos de nuestro baúl de recuerdos este video publicado en nuestro portal en 2012 y preparado por el Instituto para la Política del Transporte y el Desarrollo en México, ITDP por sus siglas en inglés, en el cual se muestran los costos sociales y económicos en nuestro país debido al uso del automóvil particular.
Es evidente que desde hace muchos años las autoridades no han sabido (o querido?) proponer verdaderas soluciones a los grandes problemas de movilidad en nuestro país, y en cambio solamente se han dedicado a tomar medidas que en poco o nada han servido. Es urgente y necesario que la sociedad sea tomada en cuenta en las decisiones tomadas ya que todos nos vemos afectados directamente, seamos o no, usuarios de automóviles particulares.
En el video se explica que a pesar de que solamente el 30% de la población cuenta con la comodidad de este medio de transporte, el 100% de la población está pagando los costos sociales que se ocasionan por su uso excesivo como: el tráfico, la contaminación, el estrés, los accidentes, el cambio climático, entre otros.
Además de estos costos a la sociedad, todos estamos pagando los costos económicos en el subsidio a la gasolina que se consume diariamente además de las mejoras a la infraestructura destinada al uso del automóvil.
Al igual que se había comentado anteriormente en nuestro portal en el reporte “Masificación y electrificación del transporte” (OCE, 23 de febrero 2012), el 70% del presupuesto para proyectos viales se ha venido destinando a atender los problemas de los autos, mas no los de las personas. Como consecuencia tenemos una demanda inducida, esto es: a mayor número de calles, combinado con el bajo precio tanto de la gasolina subsidiada como de los lugares de estacionamiento, mayor número de automóviles.
Si se pagara el precio justo por el uso del automóvil y se destinara mayor presupuesto a la infraestructura del transporte público, tendríamos un menor uso del automóvil, que nos llevaría a un menor costo social, menor contaminación, menor tráfico, menos accidentes, menos estrés, y a su vez habría mayor felicidad y calidad de vida.